LA DEMOCRACIA ES NUESTRA REVOLUCIÓN

VENDEDOR: ¡Pañuelos! ¡Verdes, celestes, naranjas, violetas! ¡Todes les colores!

ACTRIZ 1: - ¡Que gracioso que sos! ¿No te da vergüenza vender así, como si fuera todo lo mismo?

VENDEDOR: - No te enojés, mami. Es un rebusque. ¿Qué querés que haga? Tengo
que comer. ¿Vos que sos, verde?

ACTRIZ 1: - No importa eso.

VENDEDOR: - Sí, sos verde. Te saqué. Tranquila que siempre salen más los verdes, pero de vez en cuando algún celeste meto. Y es un platito más en casa, una Manaos, no puedo perderme esa venta.

ACTRIZ 1: - Te entiendo, pero no da.
 

VENDEDOR: - No quiero que te enojes, linda. No solo vendo pañuelos. Tengo algo para vos. Acá está (saca una caja). Escuchá, acá adentro tengo un detector de machirulos. Te juro que funciona. Estos chinos inventan cualquier cosa. ¿Te lo muestro?
 

ACTRIZ 1: - No, dejá.
 

ACTRIZ 2: - Yo vi uno. Refunciona. Te marca machirulos a distancia.
 

VENDEDOR: - Te lo muestro. (Lo saca de la caja.)
 

ACTRIZ 1: - Ah, me imaginé que iba a tener otra forma.
 

VENDEDOR: - La forma no te dice nada, pero es posta. Está con la batería a full. Probalo sin obligación de compra. Yo voy a estar acá un rato más.
 

ACTRIZ 2: - Dale, vamos a probarlo.
 

ACTRIZ 1: - Ok, sin obligación de compra. A ver si funciona. (Lo enciende y el detector funciona con el vendedor.)
 

VENDEDOR: - Eh, amiga, a mí no. Por allá, por allá.